Poseidón
Alejandro Ruiz Picazo | Eliaden

El inspector González entró en las instalaciones con pie firme. Avanzó por los conductos submarinos. El agua le llegaba por los tobillos. Menos mal que le habían proporcionado unas botas, habría odiado mojarse los calcetines.
Recorrió pasillos linterna en mano. Era una base pequeña, no tardó en encontrar los cuerpos en el conducto norte.
Se suponía que los fallos de seguridad no ocurrían. La capacidad de reacción de “Poseidón”, la inteligencia que regía el lugar, era inmediata.
Había muerto gente y los mandamases querían que el asunto se llevara con discreción. Existía la posibilidad de que Poseidón tuviera algún fallo de seguridad, o lo que era más aterrador, que los hubiera llevado a la muerte a propósito.
Las luces se encendieron. Poseidón estaba volviendo a ponerlo todo en orden.
-Poseidón, no toques nada de este pasillo -exigió.
-De acuerdo inspector -contestó una voz. Era increíble lo humanos que sonaban.
El inspector volvió sobre sus pasos hasta llegar al laboratorio.
-¿Es aquí donde estaban las víctimas cuando sucedió el accidente?
-Afirmativo. – Acto seguido tres hologramas aparecieron en la sala.
Era extraño verlos allí parados, como si se hubiera metido dentro de una película en pausa.
Los informes hablaban de una colisión accidental que desestabilizó la base submarina. Al instante la IA empezó a movilizar a los cien empleados que se encontraban en la instalación. Todos fueron evacuados de forma rápida y eficiente. Poseidón velaba por ellos. Cuando se examinaron las distintas rutas de salida, a estos científicos la inteligencia los separó del resto y los llevó a una trampa mortal.
-Muéstrame la ruta de evacuación para las víctimas en tiempo real.
Los hologramas empezaron a moverse. Se miraron unos a otros y se encaminaron al exterior. En el pasillo, el inspector ve como un camino de flechas luminosas les indica que vayan a la izquierda. Las flechas cambian de sentido de repente y ahora les indican que tiene que ir a la derecha. Los hologramas frenan el paso. Tras un segundo de indecisión giran. El agua holográfica sigue subiendo. Al llegar a la puerta del pasillo norte, se ve una gran flecha verde apuntando al frente. Los hologramas entran y se unen a los cuerpos sin vida.
-¿Por qué cambiaste la ruta?
-Dejo de ser la óptima.
Algún ensanchamiento en la cubierta podría haber alterado los cálculos, pero ir por la derecha no tenía sentido. Empezó a examinar el escenario y entonces lo vio, ahí estaba la solución.
Ya en el planeador rumbo a casa se conectó con los mandamases. Tenia la respuesta que buscaban.
-No fue un fallo, pero tampoco un asesinato. -Al ver las caras de incredulidad se explicó. -Poseidón les dio la ruta correcta, pero ellos no fueron capaces de interpretar la información. En el desvío, la flecha verde de la pared no indicaba que tenían que seguir recto, indicaba que tenían que subir. La ruta de escape más óptima era por los conductos de ventilación. Depender tanto de las IAs puede hacer que nos cueste entenderlas.