“¿Qué tienen en común la esgrima, un actor y la mostaza?
En principio podría decirse que nada en absoluto, pero yo estoy plenamente facultado para afirmar que sí existe algo en común y que dicho algo es sir William Frodorick, antiguo duque de Punyshire.
Permítanme presentarme; yo soy sir Frederick Frodorick y, en efecto, mis padres no estuvieron especialmente inspirados el día de mi bautismo, tal vez por ser yo el último y sorpresivo vástago de la familia.
Y ahora la relación:
El actor. Contratado por mí para encarnar a un agente de ventas de exóticos y generosamente especiados productos culinarios gourmet, provisto de un amplio y variopinto muestrario de degustación que, tal y como yo había previsto, mi hermano William no iba a dejar pasar sin dar buena cuenta de él, rindiendo sus papilas gustativas a los más acidulantes acetos, agridulce jengibre, tórridas canelas y acérrimas cayenas, tan pronto como el actor, siguiendo mis instrucciones, apareciera por mi casa a las 18:00 en punto, justo una hora después de nuestro acostumbrado “afternoon tea”.
La esgrima. La mayor pasión de mi hermano, después de la más opípara gastronomía, claro está, practicada por él a diario con vehemencia y devoción puntual a las 19:30, bajo los auspicios del maestro Pierre, quien regenta, con el más acendrado y rancio rigor decimonónico, la misma pista de esgrima que frecuentó en vida nuestro padre y a quien, empleando el tono más punzante y sarcástico, no dejo pasar un solo día sin echarle en cara la exacerbante baja forma de mi hermano, merced de la inoperancia del propio maestro, ajado ya por los estragos de su decrépita edad e incapaz de hacerlo sudar a conveniencia; pulla que, indefectiblemente, lo espolea, día sí y día también, a llevar a su alumno hasta los límites de la extenuación.
La mostaza. Ingrediente administrado a todas y cada una de las delicatessen que habría de elaborar, con su natural pericia y genialidad y bajo mis más que solícitas sugestiones, mi grande amigo el chef Steven DeCurtois-Walkers, plenamente apercibido de que serían de mi exclusivo disfrute, no en cantidad en demasía detectable, pero sí suficiente para hacer notar el efecto de sus propiedades, momentos antes de proveer con ellas el muestrario de exquisitos platillos que deglutiríamos mi hermano y yo, sin que el actor hubiera de tener la nimia idea de su origen y composición. Ingrediente que, por abundar más en la cuestión, está adornado entre otras cualidades, como son su alto contenido en vitamina C, hierro, calcio y otros nutrientes importantes para la salud, con la de provocar en mi hermano una rarísima alergia que hace que, al transcurso de no más de dos horas de haber ingerido cualquier cantidad, por mínima que sea, se le acelere el ritmo cardíaco a niveles cercanos al infarto.”
Prueba policial Nº: 001
Detective al cargo de las diligencias: Johnny Twaz Purlac.
Descripción de la prueba: fragmento del diario personal de sir Frederick Frodorick, actual duque de Punyshire.