11 de Mayo a las 12:30
Como cada sábado, me levanté más tarde de lo normal. Lo primero que hice fue prepararme una taza caliente de mi té favorito y sentarme en el sofá a ver alguna serie de Netflix. En ese instante, recibí una llamada de Carmen. Al otro lado de la línea escuché la voz rota de mi hermana pidiéndome que fuera con ella lo antes posible, que algo horrible había ocurrido y me necesitaba. Y así lo hice.
11 de Mayo a las 9:30
El inspector Gómez recibió una llamada sobre un asesinato. Carmen llamó tras el descubrimiento del cadáver de su hermana gemela Elena.
Gómez llegó a la escena de crimen unos minutos después de recibir la llamada. Todo ocurrió en un apartamento no muy lejos de la universidad. Elena se encontraba en su cama totalmente pálida y sin pulso.
La habitación no presentaba signos de forcejeo, pero la víctima era muy joven para considerarla una muerte por causas naturales y tampoco padecía ninguna enfermedad cardiaca, así que averiguar lo qué mató a esta pobre chica quedaría en manos de los forenses y el asesino no parecía haber dejado rastro alguno de su presencia, complicando las cosas.
Carmen, mientras investigaban, intentaba buscar consuelo en su hermana mayor, a la cual llamaba constantemente, sin respuesta, llorando sin control ante ello.
11 de Mayo 13:00
Diana contestó a la llamada de su hermana y llegó a la escena del crimen tan rápido como pudo.
—¡Elena! ¡Creí que no volvería a verte! —gritó al ver a su hermana y se abalanzó sobre ella para abrazarla mientras lloraba.
—Señorita —intervino Gómez— ¡Esa no es su hermana Elena! ¡Es Carmen! —Diana lanzó una mirada confusa al inspector
—¡No! ¡Es Elena! —dijo como si fuera obvio, luego miró al cadáver y dirigiéndose a «Carmen» dijo enfadada:
—Elena ¿por qué has matado a Carmen?