ROJO CARMÍN
MARIA LOURDES HIDALGO BRIONES | CHARRITA_@.SOY

Nicolás era un estudiante de periodismo que mientras estudiaba realizaba diferentes trabajos para colaborar con los gastos.
El último, ha sido el que más le ha ayudado económicamente como barman en un local de striptease, Drag queen, bailes eroticos…
Todo éste mundillo nocturno había empezado a gustarle, nunca hubiera imaginado vivir de ello.
Un día su jefe le propuso una actuación, debía elegir un personaje sin anunciarlo hasta el momento de salir al escenario.
Tenía todo cuanto necesitaba en su camerino, nadie sabría de su nueva identidad.
A Nicolás el resultado le enloquecía, se sentía especial. Desde ahora será Nicolette.
Su rasgo personal son unos llamativos labios de color rojo carmín brillante.
Su primera aparición, fue muy aplaudida por el público.
Cada noche aclamaban a Nicolette.
Nicolás se encontró tan cómodo y querido, que cuando llegaba a su camerino disfrutaba mirándose.
Una noche decidió salir a la calle como Nicolette, pensaba pasar la noche paseando por la ciudad, ansiaba causar expectación, y lo consiguió.
Un grupo de jóvenes burlones se llevaron a Nicolette a la fuerza hasta un callejón y comenzaron a divertirse intercambiándose, tratándole como un juguete el resto de la noche. Fue una experiencia muy angustiosa y humillante.
Juró vengarse sin pensar en las consecuencias.
Cuando creyó estar preparado, decidió buscarles sediento de venganza.
Por algún tiempo Nicolette permaneció oculta hasta que pusiera su plan en marcha.
Recurrió a los mismos lugares de aquella fatídica noche.
Buscó uno por uno a aquellos canallas y les aplicó su sentencia.
Finalizada su misión, les dejaba un beso rojo carmín brillante.
Se había convertido en un justiciero nocturno con los depravados que dañaban a otras personas.
Creía realmente que estaba en sus manos aplicar su propia ley.
No era consciente que ahora él era un asesino, con sello propio.
Pronto se dieron a conocer sus crímenes, viéndose obligado a desaparecer.
Saltaron las alarmas cuando su jefe tuvo que anunciar su retirada.
Hasta el local fueron dos detectives preguntando por Nicolás y lo único que pudo decir su jefe es que pidió vacaciones.
No sabía más de su empleado, aunque estaba visiblemente molesto porque era la estrella de la noche y ahora debía sustituirle.
Nicolás desde su escondite, presenció una pareja peleando. Vio golpear brutalmente el hombre a la mujer. Sin dudarlo, acudió en su ayuda pero el hombre también lo golpeó y salió corriendo.
Se desencadenó un nuevo punto de partida para Nicolette, para salir cada noche a la calle a impartir su propia justicia.
Un amanecer más, un nuevo cuerpo grabado con rojo carmín.
Por mucho tiempo se fueron aconteciendo hechos similares con la misma firma.
Nicolás llegó a crearse una doble vida llegando a sopesar que no la podría sostener demasiado tiempo, sabía que cometería algún error que lo delataría, debería pagar por todos esos crímenes.
En una de sus últimas víctimas, él mismo alertó a la policía.
Dejó una pista que lo incriminaría, su inseparable lápiz de labios rojo carmín… envenenado.