SALPICADERO
Emmanuel Waltener | Percys

Salpicadero.

Noche cerrada, la ciudad se vuelve laberinto vacío, sin salida, sin entrada. En las paredes, ventanas iluminadas como ojo del Minotauro. En mi coche monto la guardia delante de una ventana concreta. No todas son iguales. No, esa, no. De vez en cuando, una sombra la anima, ella se detiene y parece la pupila de un ojo enorme que se fija en mí. Mi viejo Lexus es mi oficina, mi refugio. Mato las horas haciendo autodefinidos.
A ver: 8 letras, falta a la lealtad, fácil,..traición.
El pino perfumado del retrovisor dejó de oler hace muchos años. Lo dejo allí porque lo colocó mi ex-mujer en el 93. Todavía queda un leve aroma a patchouli en su reposacabezas. Me lo inhalo cuando quiero sentirme acompañado.
Tengo mi ritual, todos lo tenemos. El ser humano es un animal de costumbre y es, por regla general, previsible. Eso me facilita las misiones que me encargan.
A ver: 7 letras, carne o pescado que se comen fríos…fiambre.
Me pongo “Private Investigation” de Dired Straits en bucle y me he preparado dos bocadillos para la noche . Cada tema tiene su sabor: para las infidelidades, el de atún, para los trapicheos, el de chorizo, está noche toca paté con mostaza. Mi pipa descansa ensangrentada quiero decir engrasada en la guantera, sin balas, Están en el maletero. Demasiados colegas se han volado los sesos en un arrebato en sus largas noches. El cuero del volante me tranquiliza. Acabo de fijarme, el cuentakilómetros anuncia un número capicúa. Curioso .
El 99% de todas las preguntas de la humanidad tienen la misma respuesta: dinero. Entiendo a mis semejantes y gozan de mi simpatía pero la empatía nunca ha sido mi punto fuerte. Este sólo de guitarra de Mark Knopfler es la hostia.
A ver : 7 letras, tristeza del bien ajeno…envidia.
La ventana se anima, esta vez es un ir y venir. Más nervioso quizás. El ojo del Minotauro se ha apagado y la luz de la escalera me ciega un momento. Él sale apresuradamente. Es curioso como a nadie le gusta estar sorprendido saliendo de su casa, su madriguera. Se sube a un coche, arranco el mío y le dejo los 30 metros de cortesía antes de seguirlo. Empieza a llover. Perfecto. Hasta luego, número capicúa.