Cristina está frente al mostrador de la comisaría de policía nacional. Un agente le pregunta:
-¿Qué desea, señora?
Ella le dice, consternada:
-Mire, señor, es que, hace un día desapareció mi hijo.
El agente le dice:
-Aguarde, que llamo a desaparecidos.
Desde ese departamento le dicen que la mujer vaya ahora al despacho número 5 y el agente se lo transmite:
-Señora, verá, me han dicho del Centro Nacional de Desaparecidos que se dirija ahora mismo que le atenderán. Es el despacho número 5.
Cristina abre la puerta del despacho, dentro hay una mujer tras una mesa que le dice:
-Buenas noches señora, me llamo María José, dígame su nombre para poder dirigirme a usted. Recuerde que yo estoy aquí para ayudarla. Siéntese, por favor y comience a explicarme.
Cristina le empieza a explicar:
-Hola María José, mi nombre es Cristina García Flores. Pues, mi hijo ha desaparecido desde hace un día.
-¿Su hijo? Dígame su edad y descríbamelo como iba vestido la última vez que lo vio.
-Mi hijo se llama Lorenzo Hernández García, tiene once años. Llevaba un pantalón largo de chándal azul marino y camiseta blanca del Real Madrid. Pelo corto y de complexión delgada. Tiene los ojos azules.
-Y, ¿cuándo fue la última vez que lo vio?
-Fue ayer por la mañana, cuando lo llevé al colegio. Tenía comedor y hasta la tarde no tenía que ir a buscarlo. Pues, en el recreo de la mañana, desapareció y nadie lo vio.
-¿Tiene alguna foto de él?
-Si, tenga y una descripción suya con el nombre del colegio.
Cristina le entrega una foto tipo carnet y un folio escrito. La agente de la policía la toma y la adjunta a la carpeta del expediente que está elaborando y le dice:
-Mire Cristina, vamos a abrir la alerta Amber. Váyase a casa que a partir de ahora empezamos a trabajar duro para encontrar a su hijo.
Cristina sale de la comisaría y va a su casa. Mientras, en la comisaría se notifica a todas las patrullas cercanas, se empiezan a distribuir fotografías y una pequeña descripción del niño. Un agente le comenta a María José:
-María José, esta semana ha habido 5 desapariciones de niños de edad similares y todos niños, ninguna niña. ¿No parece muy coincidente?
-Si, creo que presentan un patrón, han desaparecido en esta semana y en una misma área. Hay indicios de una secta que puede estar secuestrando niños…
Han pasado tres años. Cristina está sola en casa, de repente, suena el timbre y va a abrir. Al abrir ve a una niña de unos catorce años. La niña le sonríe y le dice:
-Hola.
-¿Te conozco?
-Si, bastante. Eres mi mamá.
-¿Tu mamá? No entiendo.
Detrás de la niña, la inspectora María José le dice a Cristina:
-Hola Cristina, esta niña es su hijo desaparecido. Una secta secuestraba niños y les practicaba un cambio de sexo. Ahora su hijo es una niña.
-¡Mi hijo! ¡malnacidos!
-No se preocupe Cristina, ya están todos presos…