Nunca escogía al azar. Recorría una y otra vez la ciudad, exploraba cada calle, cada avenida o callejón, observaba, buscaba, vigilaba. Cuando elegía un objetivo, lo acechaba durante días y noches, confundido entre la muchedumbre o agazapado en la oscuridad. Estudiaba sus hábitos, anotaba y subrayaba los mejores momentos, descartaba unos días y apuntaba otros. A veces, hasta se atrevía a rozarlo levemente con sus dedos, al pasar por su lado. Se alejaba cerrando la mano, para así retener durante más tiempo, en su piel, su tacto y su olor. Luego, en la intimidad de su casa, preparaba todo: medía al milímetro una y otra vez, hacía una plantilla, la desechaba y la volvía a hacer de nuevo hasta que quedaba satisfecho, para después ejecutar con maestría su cometido.
Elegido el día, la hora y el lugar, se dirigió a él a las tres de la madrugada. Esa noche no habría mucha gente por los alrededores del pub, siempre cerraba los lunes. Aunque Brighton no era una ciudad muy grande ni animada por las noches, había que ser precavido. Estaba alerta, pero también ansioso por llevar a cabo su obra maestra, por darle su sello tan personal e inconfundible. Sin embargo, no podía dejar su firma, nadie podía saber quién era. Solo podía consolarse con admirar su obra durante unos segundos, y luego con leer la noticia en la prensa, los días posteriores a la ejecución.
La vio al salir de una bocacalle. A la luz de la farola, lucía imponente: bella, alta y majestuosa. Lo llamaba con insistencia, con lujuria incluso. Imaginando lo que le haría a continuación, sentía un placer casi orgásmico.
Mientras se acercaba a ella, iba sacando sus herramientas de trabajo. Cogió la plantilla y dos sprays, uno blanco y otro negro. Con suma precisión y rapidez empezó a aplicarlos en la pared desnuda. De vez en cuando, miraba a un lado y a otro por si venía alguien, pero la calle estaba desierta.
Cuando terminó, se alejó un poco para admirar su obra y verla en perspectiva. Dos policías lo observaban mientras se besaban. Sabían que Banksy había atacado de nuevo.