Trabajo de rutina
Roque Ignacio Artiles Santana | Coquín Artero

»Cuando la encontramos tenía un colocón de setas tan grande que ni se enteró de qué carajo estaba pasando alrededor. La vaina le duró hasta un tiempo después de llegar al hospital. Allí nos enteramos de que además, llevaba uno de esos botones enchufados para darse gusto en el culo. Sí, se lo sacaron cuando se le pasó la vaina y tuvieron que sedarla.
Esta juventud está desatada. Te lo digo yo.
Lo que supusimos en un principio que era su noviete, el muerto, resultó ser un desconocido, no solo para ella, sino para todo el puto mundo. Les cayó del cielo… Sí, les. La chica fue a la fiesta con su amiga Mandy, a la que tampoco encontramos.
Mandy Santalla es hija del alcalde. O sea, marrón como digas algo, pero la del botón en el culo es la hija del puto presidente.
¿Crees que nos interesa hacer bien nuestro trabajo? A mí me parece que no. Este queso se lo deberían comer las ratas de Seguridad Nacional y aquí estamos tú y yo: recogiendo pruebas.
¿Pruebas de qué? Todos sabemos que en cuanto aparezca la hija del alcalde, a esto se le va a echar tierra hasta en los ojos, así que mi consejo es decir que sí a todo y no enterarte de nada.
Es posible que hasta nos llevemos un premio por hacer lo mínimo. No sé… ¿Un traslado, un ascenso?
Aquí no se ve nada. Repite conmigo: Aquí no se ve nada. ¿Ves? Ahora, repite otra vez: De pronto se puso a llover y quedó poco para analizar.
Claro que está lloviendo, capullo. Al menos lo estará en el informe oficial. Tenemos suerte de no ser los forenses. A esos les va a tocar explicar por qué se atrevieron a sacarle el juguete de placer a la hija del presidente.
No. Entonces, no nos vamos. Recogeremos las pruebas. Todas las que podamos. Hasta el último pelo. Por eso me jode, pero ese será el otro informe: ese del que no se debe enterar nadie; ni siquiera tu mujer, ni tu confesor, ni tú mismo debes recordarlo una vez nos hayan quitado de en medio.
Ascendido… quiero decir, ascendido.
¿Y eso qué es? Espera, que esto se acaba de poner interesante. Efectivamente, amigo: oro.
¿Sabes? esto es algo más de lo que nadie debería enterarse ¿No crees?
¡Me cago en la puta, Mateo! Aquí tenemos la casa pagada y tú haciendo remilgos. Lo escondemos en el coche, recogemos las pruebas y lo guardamos en mi trastero. Mañana…
Que sí, joder. Mañana lo repartimos y tan frescos. Además, en nuestro nuevo destino nadie sabrá si no lo teníamos de antes.
Podremos empezar de cero si aparece la Mandy de los cojones.
O también podríamos decir que alguien nos atacó mientras inspeccionábamos el lugar, que buscaba algó oculto más abajo, en la tumba, y que me dejó inconsciente después de matar a mi compañero… ¿Qué?
Ah sí. Lo siento, amigo. Ya sabes: esto es Bay City.