El sonido del carruaje por las calles adoquinadas, irrumpía en la noche.
Los Stevenson, ataviados de gala, regresaban a su palacete, tras la fastuosa fiesta anual que, desde 1800, celebraban los condes de Stanton en su castillo, para ilustres del condado de Suffolk, entre otros.
Adentrándose en el bosque, dejaban tras de sí la ciudad. La oscuridad, se cernía a su paso, por la frondosidad de sus centenarios árboles, a pesar de la hermosa luna llena.
Un inusual nerviosismo, llevó a los equinos a soltarse de sus atalajes, huyendo despavoridos, presintiendo el peligro.
El cochero, dio la voz de alarma y desapareció gritando desgarradamente
De nuevo, un silencio atronador.
Alcanzaron su destino a pie. Avisaron a los agentes y aseguraron puertas y ventanas.
Horas más tarde, los policías informaron de la muerte de su cochero.- Daremos con el asesino. –
Las pesquisas no se hicieron esperar. Aporreaban las puertas de los vecinos – ¡salgan! en nombre de la Ley.
Arremolinados en la plaza, el murmullo no cesaba. Para Scotland Yard, iba a ser una ardua investigación.
Entretanto, una llamada anónima, movilizó a todos los efectivos, ¡Al viejo molino!
Atraparon a un mendigo.
¿Cómo aquél desarrapado malnutrido, podría cometer crimen alguno?, apenas podía sostenerse en pie.
Tan solo esgrimió tres palabras – vais a pagarlo -.
Abandonaron la sala de interrogatorios. Rastreando de nuevo la zona, hallando huesos, rastros de sangre y dos camastros. No estaba solo.
Un aterrador gruñido, sesgó la noche. Violentamente, algo se abrió paso a través de la negra espesura y se avalanzó sobre un policía, llevándoselo entre la floresta.
Guiados por el sonido, dieron el alto disparando al aire.
Encontraron su cuerpo tendido, malherido. – ¡rápido, al hospital!-
Inmensas mordeduras, hilvanaban su cuerpo. ¿Tal vez un gigantesco licántropo? nunca vivieron aquí.
Reinterrogaron al mendigo. Mencionando al lobo, saltó sobre la mesa de la sala, golpeándola con las cadenas a las que estaba asido, con fiereza. Acto seguido dijo: – Quiero verlo-
El caso estaba resuelto.
Los policías provistos con redes, dieron caza al animal. Pero algo no encajaba.
Si bien el policía tenía las mordeduras del lobo, las del conductor, no coincidían.
Examinando la boca del mendigo, no necesitaron más pruebas.
Titulares de prensa «La bestia y el lobo» «Resuelto el caso del asesino de Suffolk».
Amamantado por lobos, creció en manada, vivió distritos fronterizos con Gales. Ante la escasez de alimento, inician un viaje que les conduce hasta nuestras tierras.
Mientras «La bestia», nombre atribuido al mendigo, se exoneraba de los cargos, la luz de la luna le alcanzó. Su voz, comenzó a distorsionarse, sus facciones se agrandaban por momentos y un vello comenzó a cubrirle el cuerpo.
Todos, huyeron despavoridos…
¿Leyenda?…
¿Quién sabe Sophie?
¡Recuerda! habrás de contárselo a tus hijos y estos a sus hijos, como a mí me lo contaron mis padres y a ellos sus abuelos.
Ahora a dormir, que hay luna llena .
El abuelo salió de la habitación de la niña, un aullido acompañó, al clic de la puerta.
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