No sabía exactamente por donde empezar a contar su historia. Se encontraba algo más tranquilo, que hace dos horas, cuando le trajimos a comisaría a declarar. Ha pedido un cigarrillo y le va dando caladas profundas, como para así, calmar su ansiedad. Hemos decidido que pase la noche en el calabozo, aunque antes de irse a dormir, he querido citarlo en la sala de interrogatorios para poder hacerle algunas preguntas. Las marcas de las esposas, todavía relucen en sus huesudas muñecas. De vez en cuando se frota con las manos, la una y la otra. – Bueno, ¿Cómo te encuentras ahora mismo? – Lo que yo quiero es que me conteste con total sinceridad. No me gusta para nada la gente que miente, cuando sabe que hemos sido testigos de todo lo que ha ocurrido. – Me siento humillado por lo que ha sucedido. Me siento fatal al saber que me habéis acusado de algo que nada tiene que ver conmigo- Aquello me pareció una postura de lo más chulesca. No soy una persona que haya hecho uso de la violencia en todos mis años de profesión como policía, pero aquello me daban ganas de solucionarlo por la vía rápida. – Mira – Le dije mientras calmaba mi nerviosismo. No quería que me notara alterado. ´- Te hemos pillado con las manos en la masa. Escondiendo el cadáver de tú mujer en el maletero. No me vengas ahora con que no tiene nada que ver contigo – De repente, aquel hombre se volvió totalmente loco. Volvimos con ello, a la casilla de salida. Tuvieron que entrar varios compañeros a reducirlo.
Ha pasado la noche en el calabozo y de aquí media hora saldrá en dirección al psiquiátrico de la ciudad para ser tratado. Esto es algo que, sinceramente, sale de mi conocimiento. Todo parecía que iba a terminar bien, pero cual sería mi sorpresa cuando de repente suena el teléfono de mi despacho. Por lo visto han pillado a una mujer del mismo barrio que este tipo, queriendo disparar a su marido con la escopeta de caza de este. Otra vez se repite el mismo patrón, el de, yo no he sido. Mientras tanto, en el psiquiátrico. El hombre al que habíamos detenido se encuentra viendo la televisión en la sala de descanso. Lleva sedado unas cuantas horas y se le harán posteriores estudios neurológicos. De golpe, aparece en el televisor la imagen de un conocido dictador del norte de Europa. Aquello hace que se exalte y tenga que volver a ser reducido de nuevo por le personal del centro.
A la conclusión que se ha llegado con todo esto, y tras unos estudios concienzudos. Lo que hemos podido llegar a saber, es que aquellas personas fueron envenenadas a través del agua del grifo por unos depósitos manipulados. ¿Control mental? No parece tan descabellado. No me han permitido llegar mucho más lejos con mis investigaciones. Hay algo que impide que siga con todo esto.